miércoles, agosto 19, 2009
martes, agosto 18, 2009
2009.
Resulta preocupante como los medios de comunicación y especialmente la televisión, logran desvirtuar la realidad respecto de las problemáticas que viven los niños y niñas de nuestro país, poniendo los énfasis en aquellas cosas que no resultan ser las más significativas si deseamos verdaderamente incidir en los cambios o iniciar procesos que la modifiquen en su favor.
Por estos días, nuevamente, se pone en el tapete desde la prensa la necesidad de que la sociedad se proteja de estos “pequeños delincuentes” que ya desde temprana edad inician su transitar por los delitos, mostrando cada vez mayor violencia en sus actos. Se estigmatiza y ejemplifica con algunos de ellos y ellas por nombrar algunas que se vienen a la memoria mencionaremos a las niñas arañas, y el hoy ya “célebre” y “popular” “Cisarro”, casos en los que no se escatiman recursos para estrujarlos, escudriñar sin tapujos en su vida familiar y haciendo uso de cualquier artimaña para captar el interés del público y generar una sensación de “verdaderos demonios” que deben permanecer encerrados ya que representan un peligro para la sociedad.
Hasta ahora, la tendencia ha sido culpabilizar e individualizar lo incorrecto, estableciendo verdaderos ritos ejemplificadores con casos puntuales o verdaderos símbolos, como una forma de limpiarnos de nuestras culpas. Recordemos que El Comité de las Naciones Unidas, durante tres periodos consecutivos, recomienda al Estado de Chile que establezca un mecanismo nacional con el mandato de garantizar la supervisión y evaluación constante de la aplicación de
Nuestra Sociedad permanece altamente segmentada, y los medios de comunicación generan necesidades que en los grupos familiares de los sectores más vulnerados la mayoría de las veces no pueden ser cubiertas, sino es a través de acciones que los expone a situaciones de conflicto con la justicia. El contexto social precario, el estigma, los ambientes a los que se han visto expuestos los niños y niñas hace que los parámetros de relación que ellos y ellas establecen no sean otros, sino el de constante conflicto con la justicia.
Cabe preguntarse ¿qué ha hecho la sociedad chilena, que no sea reprimir y castigarlos a ellos/ellas y sus familias?, ¿Qué apuesta verdadera se hace con ellos y con sus padres, para restituirles derechos e iniciar procesos que dignifiquen sus vidas? Llama la atención que justamente ahora vengan a preocuparse de la situación de los/as niñas y niños y que se esté planteando por parte del estado la necesidad de una ley de protección de la infancia y adolescencia cuando reiteradamente se le ha sugerido al Estado de Chile implementarla. Es raro por lo menos pensar que esto no es el resultado de lo ocurrido y que no responde a una situación mediática. Ojala esta voluntad perdure hasta que efectivamente podamos asumir el rol de garantes de los derechos con la promulgación de una legislación de protección de los niños y niñas y que no se diluya una vez que la prensa abandone la temática. Ojala que en la generación de una política de Estado,
EQUIPO REGIONAL RED ONGS
lunes, agosto 10, 2009
AGOSTO 2009
Declaración Pública
• La situación que afecta a los niños, niñas y adolescentes infractores de ley, no es más que el resultado de un sistema negligente, que no ha sido capaz de favorecer una cultura de protección y respeto de los Derechos de los niños y niñas
• Rechazamos la estigmatización y la sobreexposición de las cuales son víctima de forma recurrente los niños, niñas y adolescentes por parte de los medios de comunicación y las autoridades políticas, divulgando públicamente sus nombres, apellidos, dirección, historia de vida, y hasta apodos descalificativos.
• Rechazamos la política represiva hacía la infancia vulnerada, expresada en la aprobación de la ley de responsabilidad penal juvenil que no se ajusta a los principios de la Convención de los Derechos del Niño y que además entró en vigencia sin antes haber generado las condiciones para su aplicación,
• Vemos con preocupación que no ha existido interés del gobierno ni de la clase política por tener una Ley de Protección integral de la Infancia o un Código de la Niñez.
• Nos llama la atención que el estado de Chile no haya considerado hasta ahora las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas sobre la necesidad de ajustar la legislación vigente acorde a la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por nuestro país en 1990. Estamos cumpliendo 20 años desde esta ratificación y aún seguimos sin una institucionalidad que asegure y garantice cumplimiento de los Derechos del Niño.
• Lamentamos las opiniones vertidas por del Ministro de Justicia, al querer utilizar esta coyuntura mediática para anunciar una división del SENAME, sin previa concertación con los equipos de este servicio y de las Organizaciones de la Sociedad Civil que trabajan día a día con niños, niñas y adolescentes en cada uno de sus programas. Este tema no se puede plantear sólo como una respuesta a la coyuntura noticiosa y mediática, sino que requiere de una reflexión profunda por los diversos actores involucrados, entre los que la participación y protagonismo de los niños y niñas y no puede estar ausente.
Finalmente, señalamos que La Red de ONGs Infancia y Juventud de Chile, junto a otras organizaciones han venido planteando en diversos espacios y en reiteradas ocasiones el requerimiento de la ley integral y de una institucionalidad de la infancia, además ha venido desarrollando un trabajo junto a diversos actores para levantar una prepropuesta de Ley de Infancia que esperamos sean recogidos los elementos en este proceso de discusión, en el que desde ya acogemos el llamado de incorporarnos a partir de las declaraciones hechas por el ministro de justicia en el noticiero de CNN Chile
• La urgente generación de una Ley de Protección Integral para la infancia en Chile con la participación de todos los actores involucrados en la Niñez.
• La implementación de una institucionalidad que asegure y garantice la aplicación y respeto de esta Ley y de la Convención de Derechos del Niño en Chile